Viajar...

Debe ser uno de los impulsos naturales mejor escondidos en la humanidad... A pesar de tomarlo como una recreación o un simple acto cotidiano, sigue siendo uno de las mayores fuerzas de cambio personal y social que existen.
La fuerza expresiva de quien ha caminado por el mundo es incomparable, la capacidad de escuchar con los sentidos se agudiza, cuando uno viaja comienza a aprender sin necesidad de leer un libro.

Abrirse camino mentalmente es dar un paso hacia fronteras lejanas tanto física como mentalmente.
Es creador de lazos tanto o más fuertes que los cotidianos, dejamos huellas variopintas como si de piel mudáramos hasta desaparecer en el paisaje y las experiencias.
¿Quién podrá decir que ha abrazado la vida sin antes haberse convertido en un trotamundos de la humanidad por lugares desconocidos por uno mismo para relatarlos a otros?

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